lunes, 2 de enero de 2017

El regreso del runner

Poco menos de un año paso para volver a incursionar en otra aventura. No hay como la primera vez, estas te marcan sin duda. En esta ocasión , la segunda, lo que me impulso fue enfrentar un desafió más grande.

Después de la carrera de Palermo tenia la intención de anotarme en otras competencias pero prácticamente deje de correr, por la exigencia de la facu, falta de tiempos y ganas de entrenar. Pase el verano yendo al gimnasio y el calor me detenía a la hora de salir a correr.
 Me encontré sobre el final del primer cuatrimestre facultativo. Otra vez el frió estaba presente y el deseo por competir de crecía poco a poco. Salí a correr de forma entrecortada para probar y me sentí bien.
 Esta nueva incursión empieza empieza solo una semana antes de la carrera y no tome noción hasta que corrí 10 km después de casi un año. Fue bastante arriesgado ya que esta vez la carrera era de 15K, una distancia que nunca había corrido ni llegue a correr hasta el día de la prueba.

Es más, me inscribí y pague sin haber empezado a entrenar. El domingo anterior a la competencia (7 días antes) fue una tarde muy lluviosa y ya estaba comenzando a preocuparme por mi falta de rodado. Llovió mucho y venia de un lindo resfriado. Sin embargo, la ansiedad me gano y fui con un amigo al Gorki. La lluvia era tal que no había nadie en una pista semi-inundada. Mas allá de todo, tenerla para mi solo fue muy copado. La llovizna se transformaba en una lluvia intensa de a ratos, pasando de ser una pista a una laguna. Mi ropa mojada que empezaba a pesarme junto con mis zapatillas inundadas no me detuvieron. Contemple otra grata sensación que quedara en mi recuerdo, sentí que debía seguir corriendo y que mis problemas no existían una vez mas. Esa corrida solo en la pista del gorki, con lluvia y viento fue una de las mejores cosas que me pasaron desde que empece con el running.

Ese mismo día mi amigo me recomendó una aplicación para correr, Nike Running. Desde el momento en que la use me volví algo adicto. Corrí alrededor de 40 minutos en un ritmo muy tranquilo. El martes posterior puede decirse que enfrente la gran prueba cuando corrí 10 kilometros, recién ahí pude saber en que condiciones estaba y gracias a dios me sentí muy bien. Dicen que el cuerpo tiene memoria y eso sin dudas me ayudo en esta locura.

(El martes en el Gorki)

 Estaba contento por el buen rendimiento no obstante tenia bastante miedo a lesionarme recordando aquellos dolores que me impidieron entrenar los días previos a la carrera del año pasado. Necesitaba acumular kilómetros pero no podía sobre-forzarme en los días previos a la competencia sin haber contado con actividad los meses anteriores. Era un dilema. Al día siguiente fui a una plaza cerca de mi casa a la que siempre tuve ganas de ir ya que de chico iba nadar en el club que se encuentra alado y nunca había tenido la oportunidad. Me saque el gusto de probar ese recorrido proyectando una corrida de 5k. Al correr siempre en pista o en campo fue diferente porque el asfalto es duro y te desgasta más, sobre todo el que esta roto y desdibujado (JAJA).

 Sin lugar para el descanso el jueves volvía a la pista de atletismo a probar mi resistencia, con todo el cuidado que merecía mi físico. Ya este punto de la semana mis tobillos empezaban a pasar factura, las agujas pinchaban mis músculos debido a la fatiga pero mi animo estaba muy bien. Más aún cuando termine los 12k. El tiempo que registraba la aplicación me desconcertó ya que con solo entrenar 4 días estaba en los tiempos del año pasado habiendo entrenado casi un mes. No hay duda que el nike running me planto una falsa evidencia porque el día de la carrera supe que mi ritmo estaba bastante por encima de esa marca. Aunque no puedo quejarme de la aplicación más me motivo mucho.

 El viernes mi idea original era hacer otros 5k y terminar así la preparación. Sin embargo, evaluando los pro y contras opte por el descanso. La fatiga era grande igual que los dolores. Esos días me dedique a ver los jjoo que empezaban como para que no sirvieran de motivación. El día previo me dirigí al Hotel Sheraton en para retirar la remera y el chip. La tensión de las horas previas por la noche no me dejaban dormir, en esta ocasión estaba muy jugado. Había entrenado una sola semana e iba a correr una distancia que jamas había completado ni en entrenamientos. Mi meta era clara, terminar la carrera.

 El domingo me desperté ansioso. Ya no recuerdo si desayune o que. Para ponerle un poco más de dramatismo a la cosa no hice los calentamientos porque llegue en el momento exacto en que largaba la competencia. Así que solo quedaba correr.


Los primero kilómetros fueron pesados. Esta vez si traje el reloj y me quede atónito cuando me di cuenta que en los 2k mi ritmo esta arriba de los 6 minutos, ahí fue cuando empece a dudar de los encantos del nike running. Igual yo estaba ahí para hacer mi carrera y terminarla independientemente del tiempo, aunque como cabeza dura que soy subí el ritmo.

 Este circuito no tuvo la magia que la carrera del 2015, el 80 % del recorrido era por avenidas sin tanto verde. Pero eran 15K! También puede decirse que esta fue multitudinaria, al menos unas 2000 personas inscriptas mostraban una cantidad enorme de participantes por doquier, dejando a la de Palermo como un poroto.

 Una de las partes que sufrí fue la subida del puente pasando la cancha de river, mis piernas me odiaron. Fui llevándola muy bien en los primeros 10k. Los puestos de hidratación eran muchos y me ayudaron a no bajar la intensidad. Después del km 13 mi cuerpo se fundió al punto que pensé que solo llegaría arrastrándome. Ese último tramo fue muy duro y por eso mismo no pude disfrutar tanto el recorrido al entrar al rosedal y las clásicas plazas de Palermo. Pero para eso me había anotado, para superar ese mayor reto, esa nueva dificultad. Así que con más amor propio que físico pude terminar la carrera. La satisfacción de cruzar la meta es incomparable. Ya no tenía restos, lo deje todo y eso me lleno de orgullo.

Mi tiempo fue de 1:24:57

 Mi nueva locura fue cumplida. Tuve suerte de poder terminar con tan poco entrenamiento pero mucha determinación para hacerlo. Fue una experiencia distinta, poco menos idealista que la del año pasado. Las razones que me motivaron a correrla fuero otras y mi entorno en el 2016 también fue otro, pero las decisiones siempre fueron mías y estoy muy satisfecho por eso.

 Mi meta/objetivo apenas termine aquella carrera fue la de correr otra vez la de Palermo, la de la Unlam, pero nuevamente por motivos facultativos se hizo difícil. Aunque tengo otra meta mucho más ambiciosa para el 2017 que es la de correr mi primer media maratón. Va a ser difícil organizarme y en caso que se de tengo que estar realmente preparado. Pero si uno se lo propone todo se puede cumplir. Que este sea nuestro año! Por un prospero y exitoso 2017.
 Salud!

No hay comentarios:

Publicar un comentario